lunes, 29 de octubre de 2007

¿Quién es el Gran Hermano?



Cada vez nos preocupa más la privacidad. Instalamos cortafuegos y antivirus en el ordenador, procuramos no facilitar nuestros datos a nadie, ponemos contraseñas a nuestros documentos... Y, sin embargo, a veces nos sentimos observados. Nos da la impresión de que existe un Gran Hermano que nos está mirando, que toma nota y que nos quiere controlar.

Hay cámaras de vídeo por todas partes: en la calle, en las tiendas, en el banco, en los trenes... Toman nuestra imagen cada vez con más frecuencia. Con la tecnología actual esas cámaras son capaces de identificar la matrícula de nuestro coche. Saben donde estamos cuando circulamos. También serían capaces de identificar nuestra imagen, encontrando la correspondencia en una base de datos de fotos.

Nuestros documentos y correos electrónicos circulan por red, accesibles por nuestro proveedor de internet, o por "casi" cualquiera si utilizamos una red inalámbrica. Nuestras conversaciones telefónicas viajan por el aire, al alcance de cualquiera que tenga la tecnología adecuada para escucharlas.

Nos espían desde Echelon. No sabemos lo que realmente saben de nosotros y, lo peor, no sabemos para qué van a usar lo que saben.

¿Es Echelon el Gran Hermano?

Creo que no. Me da la impresión de que si existe Echelon, tiene un acceso muy limitado a nosotros. La información que podrían tener sería incompleta en la mayoría de los casos. Sobre todo les faltarían muchos detalles de nuestra vida diaria.

Entonces ¿Quién es el Gran Hermano?

Creo que el Gran Hermano son los bancos. Y si todavía no lo son, lo serán en pocos años.

Quizá parezca una afirmación un poco descabellada (sí, es verdad, soy un poco paranoico), pero si te paras a pensar, lo tienen realmente fácil.

Si tienes todas tus cuentas, préstamos y tarjetas en un banco ¿Qué pueden saber de ti?

Donde trabajas.
Cual es tu profesión.

Cuanto ganas.
Si estás casado (o con pareja, da lo mismo).
Los hijos que tienes.
Si pasas una pensión a tu mujer por el divorcio.

Cuanto dinero gastas al mes.
Donde te lo gastas.
Cuando te lo gastas.
En que te lo gastas.
Cada cuanto tiempo cambias de coche.

Si pagas tus deudas.
Si las dejaste de pagar alguna vez.
Si ahora estás endeudado con a otros bancos.
Si tienes tarjetas de crédito de centros comerciales.
El gasto que haces con ellas.
Cuando te vas de vacaciones.
A donde te vas.
Como vas (en coche, tren, avión...).
Cual es tu dirección IP.
Desde donde utilizas su banco on-line.
Cual es tu número de teléfono móvil (sí, ese que es de tarjeta prepago y que no lo conoce nadie, pero que se lo diste a tu banco para que te avise cuando te llegue la nómina).

Todo esto de un simple vistazo. Además pueden establecer la relación de todos esos datos con los de tu entorno:

Lo que ganas respecto a la media de tu profesión.
La luz y gas que gastas comparado con lo que gastan tus vecinos.
Lo endeudado que estás en comparación con otra familias de tus características.
Y sigue, y sigue, y sigue...
Esta información (y más) es la que circula por tu cuenta y tarjetas. Paradójicamente, aunque existe una ley de protección de datos que nos permite cancelar los datos que no queremos que tengan otros, los bancos están obligados a guardar toda esa información durante cinco años.

Es cierto que no tienen toda nuestra información. Les falta alguna, y puede parecer difícil conseguirla. Sin embargo, los bancos no son una empresa "normal". Son empresas propietarias de otras empresas. ¿Les sería difícil ser propietarios de una empresa de telemarketing? Supongo que no.

Es frecuente que en nuestra casa recibamos llamadas del tipo "Somos la empresa XXXX y estamos haciendo una encuesta ¿le importaría responder a unas preguntas?". En principio bastante inocente (y en la mayoría de los casos lo será), pero lo cierto es que el que llama a nuestra casa sabe a quien está llamando. La información que recopila no es anónima: recoge datos que tienen nombre y apellidos, y que se pueden juntar con todos los anteriores.

Lo más probable es que ahora mismo la mayoría esa información sólo sean datos en los ficheros del banco, que no los estudia nadie.

Pero los tiempos están cambiado. Los bancos necesitan conocerte. Necesitan saber si ganan dinero contigo o si lo pierden. Esto suena a mercadotecnia, pero va más allá. La cuestión de la pérdida o ganancia con un cliente es algo relativamente sencillo (eso ya lo saben). Lo que necesitan es conocerte mejor para poder ganar contigo lo que todavía no ganan. Si consiguieran conocerte supondría una ventaja respecto a sus competidores.

Así que van a procurarse un sistema de gestión avanzada de clientes, cuya primera premisa será "conocer a los clientes, no sólo desde un punto de vista de sus características socioeconómicas y sociodemográficas sino actitudinales, ideológicas, de hábitos y comportamientos, de sus criterios de evaluación y de adjudicación de valor, etc". Da escalofríos, pero parece que no es ciencia ficción. Si los gurús del marketing dicen que hay que tener un sistema de estos, los bancos lo tendrán, porque tienen el dinero que hace falta para pagarlo.

En unos años los bancos sabrán casi todo de nosotros. Sabrán lo que vamos a hacer, incluso antes de que nosotros hayamos pensado en hacerlo.

Lo único que tranquiliza un poco es que los bancos se dedican a ganar dinero. Es de esperar que con esa información sólo se dediquen a ganar dinero. Si les sirve para ese propósito, protegerán la información mejor que si fuera un secreto de estado: será la materia prima que les permita tener más beneficios que los demás.

Qué incómodo es notar que hay alguien que te observa.