lunes, 22 de octubre de 2007

Guerra del pan en Almería


Vélez Rubio es una mediana localidad almeriense de poco más de 7.000 habitantes. Está a 175 kilómetros, más o menos, de la capital. Un año tocó allí el gordo de la Lotería de Navidad y mucho antes se hizo famosa por algunos vecinos que decían que cada vez que había nubes aparecían avionetas que se llevaban la lluvia. Pues bien, situados aquellos que no conozcan la localidad alucinen ahora porque será la noticia friqui de los próximos días porque es el punto de España donde comienza la guerra del pan.

Un panadero de la localidad, Cristóbal López, ha hecho sus números. Ha sumado todo lo que le cuesta la materia prima, lo que paga de local, consumos eléctricos y lo que él quiere cobrar a final de cada mes. El resultado no ha sido otro que apostar duro y poner la barra de pan 30 céntimos más barato que sus “colegas” de gremio, quienes por otro lado no cumplen el significado coloquial de la palabreja porque de amigos no tienen nada. La historia es que él vende su barra de 250 gramos a 45 céntimos y el resto lo hacen a 75. Todo pasaría por un caso de libre competencia de no ser porque le amenazan, le dejan recaditos en el coche y corren rumores de que cualquier día “puede que por accidente”, el fuego del horno del pan se extienda al resto del establecimiento.

La práctica siciliana ha sido la gota que ha colmado un vaso ya muy cargado y el panadero ha reventado y les ha lanzado un mensaje muy clarito a la panda de sinvergüenzas que le amenazan “ve vais a tocar la barra de pan a dos manos”.

Pero esto ocurre en Vélez, una comarca situada al norte de la provincia de Almería en una España donde manda el dinero y los gobiernos se dedican a todo menos al ciudadano. Vamos que lo del socialismo, centrismo y derechismo son tendencias identificativas del lugar en el que están sus escaños a día de hoy según se les ve en la tele, y poco más. Si esto pasase en Madrid, la cosa cambiaría.

Si esta misma situación se hubiese dado en un sistema en el que cualquier consumidor tuviese la más mínima protección habría intervenido hasta la mismísima Comisión Nacional de la Competencia, ese órgano que “evita”, aunque no siempre lo hace, que los gremios establezcan precios previo acuerdo para que el consumidor pase por el aro.
Este caso es igual, aunque con números distintos que ese que nos tiene con una sonrisa de oreja a oreja por la más que posible multa que pagarán Movistar, Orange y esa otra de la rima fácil, Vodafone. Se les acusa de acordar la subida del coste del inicio de llamada de 12 a 15 céntimos en 2005 a raíz del redondeo. Vamos, una chorrada con la que ganaron unos 1.208 millones de euros según la organización de consumidores que los tiene denunciados.

Ese acuerdo es ilegal, como lo es ese otro de los panaderos de Vélez Rubio. Y si en los pueblos amenazan con quemar coches y panaderías, imaginen la pasta que estará corriendo por los mentideros de Madrid para conseguir un acuerdo que evite una multa que puede llegar al 10% de la facturación de las empresas de telefonía. Vamos que alguien se hará muy rico si todo termina en un simple susto.

Particularmente soy de los que se está planteando chuparse 175 kilómetros este fin de semana para comprar mi barra de pan de Vélez Rubio en señal de protesta, porque lo inaceptable es que alguien que juega con las reglas del mercado y pone el precio que le da la gana y además ayuda a las cuentas de casa, tenga que acudir a los medios de comunicación en busca de protección porque no la consigue de su Ayuntamiento o de la propia Guardia Civil.

Para muchos puede ser una chorrada, pero por cosas como ésta, con acuerdos del precio al que deben estar las cosas y si no tragas te mandamos a casa, en lugares muy remotos y antaño empezaron fraguarse lo que hoy podemos identificar como mafias.

El panadero de Vélez Rubio nos ha demostrado una cosa muy sencilla. Nos ha enseñado que los consumidores somos unos pardillos y que estamos en manos de una administración que no vigila por sus intereses, porque si no es capaz de actuar en defensa de un panadero ¿lo harán en defensa del consumidor para penalizar los abusos de las operadoras de telefonía móvil?

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