sábado, 9 de febrero de 2008

Hallada una carta de un soldado, oculta en una botella durante 90 años


Ha permanecido oculta durante 90 años escondida en una botella de
cerveza, no porque la carta no llegara a su destinatario sino porque su
receptor, un soldado americano de la Primera Guerra Mundial que luchaba
en Francia, decidió enterrarla quizás para que no fuera destruida
durante los bombardeos alemanes. Unos arqueólogos franceses que
exploraban antiguos asentamientos merovingios del siglo VII en la
región francesa de Lorena la han encontrado.

La misiva, de cuatro páginas, fue enviada desde Oklahoma el 15 de
julio de 1918 al sargento norteamericano Morres Vickers Liepman por un
pariente que firmó como "tío Pete". La opinión pública de EE UU ante la
guerra o las dificultades de encontrar mano de obra son las
conclusiones que pueden extraerse de la carta. Pero junto a ello, el
texto refleja el profundo racismo que imperaba en un sector de la
población: tío Pete critica abiertamente la inclusión de soldados
negros en el ejército norteamericano.

El Instituto Nacional
Francés de Investigaciones Arqueológicas, que conserva el documento, ha
intentando sin éxito buscar a los descendientes de Liepman. Pero ha
logrado reconstruir pequeños retazos de la vida del soldado. Estudió en
Kansas hasta julio de 1917, momento en el que partió hacia Europa para
combatir en la Primera Guerra Mundial. En otoño de 1918, su unidad
acampó en el bosque de Haye, cerca del lugar en el que ha sido
encontrada la botella. El sargento regresó a EE UU en 1919.





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